Cada año la mezcla varía; Neyen busca un equilibrio, una sinergia elegante entre las características de cada variedad.
El Cabernet Sauvignon actúa como la columna vertebral del vino, otorgándole estructura, mientras que el carmenere -la variedad perdida de Burdeos- entrega una textura suave y final sedoso.
Un vino del nuevo mundo con esencia del viejo mundo, Neyen es reflejo de las vides y los suelos centenarios de nuestras propiedad en Apalta.